INVESTIGACIÓN DE LA COMUNICACIÓN DEL FASHION:

DE LA PRENSA “FEMENINA” A LA PRENSA DE LA MODA

Resumen

Con este trabajo se quiere investigar la historia del periodismo de moda, desde la prensa “femenina” hasta la prensa del fashion. El enfoque será informativo sobre la evolución de la comunicación en este ámbito y sobre las influencias sociales que dieron el nombre a la prensa “femenina” al principio del 1700.

In questo progetto si vuole indagare la storia del giornalismo di moda, da quello definito “femminile” a quello del fashion. Il testo sarà informativo e riguarderà lo sviluppo della comunicazione in questo ambito, oltre agli aspetti sociali che hanno partecipato alla creazione delle riviste “femminili” agli inizi del 1700.

Introducción

El Mercure Galant (1672-1724), nacido en la Francia de Luis XIV[1], se considera como el primer periódico que difundió las noticias de moda y tendencias, además de incluir información de la corte y el arte. Este fue creado por Donneau de Visé, “el primer periodista en comprender el papel que el sector podría representar en el mundo moderno[2]. Él logró juntar la información con la promoción de la industria del lujo. Dichas informaciones son la prueba del nacimiento de la industria de la moda[3] a finales de 1670. Se supone que el periodista pensó en que los estilos estaban cambiando con mayor velocidad, entonces la sociedad había que entesarse muy bien de lo que era tendencia en ese momento, por lo tanto, se hizo necesario consultar estas publicaciones.

Esto es parte de la historia del periodismo de moda que contribuyó a desarrollarlo tal como se conoce hoy en día. El ensayo se quiere enfocar sobre los progresos de la prensa femenina, descrita mejor con el ejemplo del periódico Le journal des Dames (1759, Paris), hasta que llegue a ser el periodismo del fashion que caracteriza la sociedad actual con revistas como Vogue.

Después de la “Gran Renuncia Masculina”, según Flügel, durante la Revolución Francesa[4], los hombres se desinteresaron por la moda, así que esta empezó a ser un monopolio femenino. No obstante, las tendencias del Mercure Galant se consideraban temas de interés para ambos géneros. En el siglo XIX la moda fue una cuestión esencialmente mujeril y, por esto, se desprestigió y se consideró como algo superficial. Aunque ya existía una importante tradición, muy viva en el siglo XVIII, de sátira de las modas, tanto para hombre como para mujer. Además, por ese mismo proceso también se considera que el hombre interesado por la moda es afeminado y poco masculino y, prácticamente, desde el setecientos los medios de moda van a dirigirse a la mujer. En la actualidad los periódicos de moda volvieron a llamar la atención de los hombres a través de la influencia que determinados personajes públicos suscitan en los jóvenes, como David Beckham. Él comparte sus outfits en sus perfiles en las redes sociales y, además, apareció en varios artículos de las mayores revistas de moda.

Todo esto se explicará detalladamente en el siguiente capítulo.

Del periodismo “femenino” a la prensa de la moda en España

En el siglo XIX, en España, nacieron los periódicos para mujeres, no obstante, en Europa la prensa femenina se difundió desde el siglo XVII. Cierto es que desde el siglo anterior hubo periódicos que empezaron a concentrar sus escritos en temas “para mujeres”. Un ejemplo, bajo la monarquía de Carlos III[5], fue el Mariano Nipho, nacido a causa de la preocupación por la mejora de la sociedad española y de la situación de las damas. Pero, esto no logró ser trascendente. Mientras que el periódico de crítica social en la línea del británico The Spectator, La pensadora gaditana (1763-1764), influyó mucho en la sociedad de la época. Eran publicaciones firmadas por una mujer, Beatriz Cienfuegos. Claramente surgieron sentimientos de desaprobación entre los lectores en dicha sociedad machista. La influencia de ese periódico sirvió para crear la segunda publicación femenina de España: La Pensatriz Salmantina (1777) firmada por doña Escolástica Hurtado, Girón y Silva de Pico.

Estos eran casos aislados dado que, debido a la censura del reinado de Carlos IV[6] para frenar los efectos de la Revolución Francesa, estaba prohibida la prensa. En 1804 hubo otro intento de publicar un periódico femenino pero que al final no pudo ver la luz. El Lyceo general del Bello Sexo o Décadas eruditas y morales de las damas fue la iniciativa de Antonio Marqués y Espejo[7], siendo asegurada su petición por el Consejo de Castilla. La emisión de una Real Orden que prohibía la publicación de periódicos impidió su edición y seguramente lo mismo pasó con el Diario de las Damas.

Es probable que esta misma situación de inestabilidad de la prensa haya llevado a José Lacroix[8] a publicar ilegalmente en Madrid, El Correo de Cádiz, un suplemento para mujeres de enorme importancia. El Correo de las Damas (1804-1807) fue creado bajo la impronta del homónimo periódico francés Petit Courrier des Dames (1830-1834), como se puede deducir del artículo “sobre el gusto” del número 36 en el que se declaraba que

hay damas que Les gusta más el Correo de las damas francés que el nuestro, ¿Y por qué? Porque es francés. ¿No es esto un gusto caprichoso? Sepan las que de nuestras lectoras no lo hayan sabido que el Correo francés se reduce a un artículo de modas, que es el que fielmente traducimos a nuestras suscriptoras y uno o dos anécdotas largas, insustanciales, sin gracia y a veces sin objeto, que no queremos traducir porque no se duerma el que las lea.

El Petit Courrier des Dames tiene como subtítulo “annonces des modes, des nouveautés et des arts”. El Correo de las Damas[9] es el primer ejemplo importante de prensa femenina y de moda español. Este no sobrevivió por la falta de rentabilidad y la debilidad del mercado.

Gracias al escenario de libertad de prensa debido a la Constitución de Cádiz de 1812 (durante la Guerra de la Independencia) volvió la prensa femenina. Se publicó, por poco tiempo, El Amigo de las Damas (1813) que intentaba mejorar la instrucción de las mujeres y elogiaba el trabajo femenino.

Debido a un artículo sobre moda de la cuarta salida del periódico, donde se hablaba del uso de las botas para la mujer (calzado militar de origen masculino), se generó un debate sobre la anticonstitucionalidad de la cabecera. En esta se citaron cartas que rechazaron su existencia, lo que anticipó su cierre. Además, Fernando VII[10] hizo surgir nuevamente el Antiguo Régimen y, entonces, la suspensión del orden constitucional, la libertad de prensa y los periódicos.

Durante el Trienio Liberal[11] apareció en entregas de 48 páginas y con frecuencia semanal (que comenzó el primer lunes de enero de 1822), el primer periódico enteramente dedicado a las mujeres y que tenía como tema principal la moda: el Periódico de las Damas (1822). Su propietario y principal redactor fue León Amarita Reverte[12] (1774-?). Contenía artículos, noticias y comunicados –algunos conseguidos a través de los periódicos inglés y francés de su mismo sector- sobre la influencia de las mujeres en la sociedad, sus hábitos, pero también aclaratorios sobre la política parlamentaria y constitucional del periodo. A ellos se añadieron otros elementos de carácter literario de modas y entretenimiento. Su público objetivo eran las señoras de las clases altas. El 24 de junio del mismo año publicó su última entrega. “El Periódico de las Damas introdujo los figurines en España, al modo francés, y que acabará marcando el tono de la prensa femenina en la que, con las mejoras técnicas, la imagen acabará siendo la reina del contenido”. La vuelta del Absolutismo y la abolición de la Constitución de 1812 impidió que hubiera más títulos tras el fin del Trienio Liberal en 1823.

Otras revistas de moda fueron: La Espigadera (1837); La Mariposa (Periódico de literatura y modas, 1839-1840) y dos periódicos para profesionales de la moda El Figurín (1838-1839) y El Buen Tono (1839) que defendían la moda nacional contra las tendencias francesas como un modo de salvaguardar y resaltar la industria del sector en el país. Surgieron durante el reinado de Isabel II.

El gran periódico del fashion del siglo, y de la primera parte del siguiente, fue La Moda (1842-1927), que nació en Cádiz, del médico Francisco Flores Arenas, pero que alcanzó tal importancia que en 1849 se hizo cargo de esta el editor Abelardo de Carlos, trasladándola a Madrid. Esta cabecera ilustrada obtuvo un éxito increíble junto a La Ilustración Española y Americana (1869-1921) que también poseía el editor. Las mejoras técnicas que aportaron hicieron de la revista un punto de referencia para la mujer española del momento.

La primera aparición de esta revista fue en mayo de 1842, cuando en Cádiz empezó a editarse con el título de La Moda, luego cambió su título varias veces según el tipo de estilo y de temas de moda que se eligieron. Esta se difundía los domingos y pronto se convirtió en “la revista de las familias gaditanas, alcanzando un éxito que rebasaba la esfera local[17]. Entre sus contenidos había figurines, dibujos de tapicería, crochet y modelos, y muchas de sus ilustraciones eran editadas en láminas sueltas, como regalo por cada número.

En 1863 cambió su título a La Moda Elegante, aumentando también su número de páginas. Al año siguiente amplió su título a La Moda Elegante Ilustrada, convirtiéndose en una de las revistas más relevantes de su género. A finales del 1800, La Moda Elegante era el “Periódico De Las Familias[18], distribuido los días 6, 14, 22 y 30 de cada mes.

La Moda Elegante fue una de las revistas femeninas más longevas, dado que extendió su larga vida hasta finales de 1927, sobreviviendo a su propietario. Su público objetivo eran las mujeres de la clase alta y de la burguesía. Se publicó no sólo en Cádiz, Madrid y Canarias, sino también en Lisboa, en las islas Filipinas, La Habana, Buenos Aires y Puerto Rico.

Igualmente, destacan El Defensor del Bello Sexo (1845-1846) que se complementó con El Pensil del Bello Sexo (1845-1846). Muchas de estas cabeceras surgieron en el siglo XIX como efecto de varias circunstancias; por un lado, en 1848 se llevó a cabo la Convención de Seneca Falls en Nueva York, en donde se consideró que el feminismo recibía un gran impulso a nivel internacional y, por otro, en España hubo intentos desde el Gobierno de mejorar la vida de las mujeres y también de la sociedad en general, por ejemplo, con la Ley Moyano (1857), que buscaba la extensión de la instrucción pública, incluyendo la alfabetización de las niñas.

La publicación de revistas femeninas se normalizó y fue creciendo su influencia social. A esto se debió el nacimiento de periódicos como El Instructor y Recreo de las Damas: Periódico de modas, científico y literario (1857-1858). Se destacaron otros ejemplos como El Correo de la Moda: Periódico del Bello Sexo, modas, literatura, bellas artes, teatros (1851-1893); El Ángel del Hogar (1864-69) dirigido por Pilar Sinués de Marco y La Violeta: Revista Hispanoamericana (1862-1866), dirigida por Faustina Sáez de Melgar.

Gracias a la libertad de prensa recogida en la Constitución de 1869 y reafirmada en la longeva Constitución de 1876, los medios femeninos obtuvieron más relevancia y surgieron títulos para profesionales, no solo para la nobleza y alta burguesía, que demostraron la extensión del mercado. Las publicaciones veteranas e importantes tuvieron como temática principal la moda, como El Salón de la Moda (1884-1914) o La Última Moda (1888-1927). El enfoque sobre las mujeres siguió durante todo el siglo XX, salvo en torno a la Guerra Civil.

Durante el primer tercio del siglo XX se mantuvieron en España publicaciones que venían del siglo anterior como La Moda (1842-1927), El Salón de la Moda (1884-1914) o La Última Moda (1888-1927). Igualmente empezaron a aparecer nuevas cabeceras con mejoras técnicas y con la exaltación de un ideal que buscaba la regeneración y el progreso. Nacieron títulos como Gente Conocida (1900-1903), o sea la prensa del corazón. De este mismo tema trataron los periódicos: La Dama (1907-1913), Lecturas (1917) y ¡Hola! (1944). Además, de las revistas históricas sobre moda, surgieron otras que reflejaron los nuevos pensamientos: era el caso de El Hogar y la Moda (1909-37 y 1941-71); Elegancias (1911-1914 y 1923-1926) que reflejaba a una mujer progresista, moderna, que seguía las tendencias europeas.

Durante el franquismo se publicaron revistas de moda, como Alta Costura (1943-1991) y Telva (1963) que sigue contando con un público devoto también hoy, siendo quizá la única revista femenina originariamente española que dura.

En 1980 empezó la incursión de las cabeceras extranjeras (Elle, Vogue, Cosmopolitan, etc.) donde hubo un predominio de las tendencias, siguiendo la cultura de consumo internacional en todos los países occidentales capitalistas. La prensa del corazón sigue hasta hoy, también muy vinculada a la moda, ya que el interés por las celebridades va creciendo, llegando a aparecer también en las portadas. Esto se puede apreciar desde la llegada de Anna Wintour[19] (1988) directora de Vogue Estados Unidos.

Las revistas de Acción Católica y sobre todo de la Sección Femenina, tituladas Y (1938-1945), Medina (1941-1945), Bazar (1947-1970) o Teresa (1954-1977), tuvieron popularidad durante la dictadura, pero no lograron sobrevivir al segundo franquismo y a la llegada de la democracia. Además, casi todas las revistas de moda españolas terminaron en 1980 a causa de la llegada de los nuevos periódicos del fashion internacionales. Igualmente hay que nombrar dos excepciones que comenzaron durante el franquismo: Hola y Telva, que han conseguido mantener sus características hasta hoy.

Hola (1944) es una revista del corazón, que comparte contenido de moda bastante relevante e incluso imprime ediciones especiales de Prêt-à porter y alta costura cada temporada. Fue creado por Antonio Sánchez y Mercedes Junco. Logró convertirse en un título internacional que tiene distintas ediciones por todo el mundo. Su tema principal es la vida de la alta sociedad, especialmente de la realeza y la aristocracia europea, de igual modo se interesa por los artistas de Hollywood y de España.

Telva (1963) es una publicación que desde su surgimiento apostó por la modernización de las españolas y argumentos de interés social como el divorcio, el matrimonio, el aborto, la familia, la política y la religión, cuestiones que coexisten en sus hojas junto con la moda, el tema principal.

Hoy en día las revistas de moda son de interés de ambos géneros gracias a figuras del mundo del fútbol como David Beckham a la cabeza de la metrosexualidad y del cuidado masculino. El deportista, junto con su esposa, la Spice Girl Victoria Beckham, hicieron publicidad a las tendencias y al mundo del fashion que en el siglo XXI perfila al hombre (igual que a la mujer) como el nuevo público al que atender desde la industria de la moda. Nos lo demostró Harry Styles, posando en la portada de Vogue U.K. el pasado mes de diciembre; para la revista británica es la primera vez que aparece un hombre en la “fachada”. Así se explica la aparición en España de revistas como GQ (1994), Gentleman[20] (2003), Esquire España (2007) o ICON (2013) de El País que son publicaciones de estilo y moda para hombres. También es importante relacionar este nuevo interés por la masculinidad como audiencia con la llegada a Vanity Fair (2008) de Alberto Moreno[21] en marzo de 2017.

La prensa de moda en Italia

La historia del periodismo de moda se puede dividir en cuatro pasajes fundamentales, que ve el nacimiento de las primeras revistas de moda de las que ya se habló mucho en este ensayo, hasta la creación de los fashion magazines digitales que hoy en día muchos leen.

Se supone que también en Italia las revistas femeninas empezaron a aparecer en 1700 gracias a las cortes en donde muchas damas querían mantenerse al tanto de las tendencias vestidas por las varias reinas de distintos reinos.

Entre las primeras publicaciones italianas, las más importantes fueron Il Giornale delle nuove mode de Francia e Inglaterra, imprimido en Milán entre 1786 y 1794, y La Donna Galante ed Erudita, publicado en Venecia entre 1786 y 1788. Estas revistas se inspiraron en los periódicos franceses, refiriéndose en particular al francés Cabinet des Modes y al más antiguo Journal des Dames. En pocos años lograron difundirse más los periódicos femeninos e, igualmente tomando de ejemplo los franceses, nacieron en Milán La Moda e Il Messaggero delle Mode. En Nápoles se imprimió el Archivio delle Curiositá. A pesar de la existencia de muchas revistas, la que ganó más prestigio fue el Corriere delle Dame (1804 – 1874), gracias a la autoridad de sus redactores y a la atención a argumentos de actualidad, historia y literatura.

Il Corriere Delle Dame nació en Milán en 1804, gracias a Carolina Arienti Lattanzi[22]. Durante las publicaciones del periódico, la ciudad estaba viviendo un momento histórico importante y la señora Lattanzi decidió darle un enfoque revolucionario acerca de la lucha por la libertad de la ciudad de la dominación extranjera. En 1815 las consecuencias de la llegada de Napoleón y de la creación de la Repubblica Cispadana[23], señalaron un cambio en la manera de redactar la revista. Junto a artículos que hablaban de la emancipación femenina empezaron a redactarse artículos que exaltaban la figura de Napoleón.

Igualmente, después de la muerte de Carolina Lattanzi (1818) el periódico siguió temáticas sociopolíticas de Italia, a través de textos de crónica ciudadana e internacional. El tema principal seguía siendo la moda y adentro de artículos sobre figurines de tendencia, como por ejemplo en la publicación del 23 marzo de 1848, se especificó que junto con cada impreso se entregaba también un breve resumen de hechos políticos. En el número del 8 de abril del mismo año hubo un fragmento de este resumen político y de actualidad que describe la situación en Milán en esa época

«Milano non è più riconoscibile, tanta è la gioia, il brio, la concordia dopo la cacciata degli Austriaci. (…) Anche le signore hanno mezzo di distinguersi in questo nuovo ordine di cose. La principessa Belgiojoso, i cui scritti e le idee politiche tenevano lontana dalla Lombardia, si è rimpatriata seco conducendo circa duecento volontari calabresi da lei assoldati. Molte signore, oltre a concorrere con soccorsi pecuniari al sostegno della guerra per l’indipendenza italiana, si adoperano col prestare alloggio e assistenza ai feriti»

Il Corriere propuso también algunas informaciones comerciales acerca de bodegas artesanas y sastres de Milán. Este detalle ayudó económicamente al periódico, ya que cobraba a las bodegas por nombrarlas en sus páginas. Además, se ofreció a las lectoras un servicio de venta de ropa entregada por correo. Este permaneció activo hasta 1814 y volvió a funcionar en 1816. El periódico ofreció varios dibujos de figurines de moda producidos por modistas francesas e italianas. Incluyendo los de los sastres locales, lograron resaltar los productos nacionales y regionales. En 1819 se dedicó una colección entera a la moda de Milán, la ropa diseñada estuvo disponible a la venta.

Durante la Unificación Italiana[24] la atención pasó de la nobleza a la burguesía, entonces, las revistas femeninas hablaron a las mujeres “amas de casa”. Lentamente, las imágenes tomaron poder y sustituyeron casi totalmente las palabras. Era el periodo de las primeras publicidades.

Aún en 1900, las imágenes no remplazaron totalmente a las palabras. El mayor cambio se notó dentro del texto, se comenzó a modificar el léxico usando palabras técnicas del tema tratado. En ese momento se empezaron a leer términos como: pantacalzapantacollantfuseaupantajazz e legging.

En 1965 nació Vogue Italia, caracterizado por el uso casi total de imágenes y de palabras extranjeras. Claramente estará siempre influenciado por el homónimo periódico estadounidense.

Gracias a la llegada de la fotografía, los vestidos se hicieron reales y las revistas empezaron a contratar modelos para que los lleven puestos y resalten mejor los productos.

En Italia aparecieron muchas revistas de moda activas hoy en día; entre estas Donna, Moda, Cosmopolitan, Vanity Fair… Estas resaltan la cultura popular. La moda se volvió rápida y así también las revistas digitales, publicando casi instantáneamente artículos para que el publico se entere de las nuevas tendencias. Se puede afirmar que la industria del periodismo de moda cambió completamente cuando llegaron los primeros blogs y las redes sociales. Esto logró que todos pudieran difundir las noticias del mundo del fashion junto a los periódicos digitales a través de Internet.

La publicidad tomó protagonismo en los últimos años, porque la industria de moda (prêt-à-porter y del lujo) y el periodismo del fashion siempre se desarrollaron juntos durante siglos.

Conclusiones

Concluyendo, en este trabajo se estudió la historia de los medios de comunicación de moda en España e Italia desde sus comienzos y analizó el modelo femenino que han prescrito a lo largo del tiempo. Indagando en las diferentes cabeceras, se ha notado que hay una continuidad de un ideal estético y doméstico de mujer que se basa en el consumo y el cultivo de la elegancia, aunque no se olvidan los intentos que esta prensa para mujeres ha hecho desde sus inicios por salvaguardar la instrucción femenina y el trabajo.

Comparando la historia del periodismo español con la italiana, podemos deducir que ambas sufrieron la influencia de los primeros periódicos de moda franceses y algunos ingleses. Hoy en día las revistas que suscitan esta influencia son las estadounidenses como por ejemplo Vogue. Cierto es que en España se retrasó la llegada de publicaciones femeninas, en comparación con otros países de Europa, que vieron surgir estos durante el siglo XVIII. En ambos casos el publico objetivo inicial fueron las mujeres de alta sociedad y luego se difundieron a la demás población, llegando hoy en día también a la audiencia masculina.

Según algunos expertos de periodismo de moda, el público masculino está consumiendo cada vez más revistas de ese tipo y cada vez hay más marcas de ropa y accesorios masculinos que necesitan publicitarse a través de estas. El público se amplía más y el sector ha superado estereotipos de genero a través del espectáculo visual que ofrecen sus imágenes.

Llegaron las redes sociales. Estas se sirven de las imágenes como medio para contar historias, logrando captar la atención de un público todavía más amplio. Siendo la moda un productor visual, cuando se compra una revista de moda, lo primero que se nota son las fotos seleccionadas. Entonces, desde cuando en la historia las revistas empezaron a modificarse poniendo como elemento principal las imágenes, estas mantienen ese estilo también hoy en día.

Hemos entendido a través de este ensayo que en este siglo todos pueden ser comunicadores de moda, gracias a la rapidez generada por Internet, pero eso no significa que todos pueden ser buenos comunicadores. Los periodistas permanecen los encargados de aportar un valor añadido. Se necesitan profesionales que no transmitan el mensaje de que la moda sea algo frívolo o superficial. Esta representa la creatividad, transmite señales y símbolos, elimina estereotipos y contribuye a crear otros. La moda es identidad, como la que las mujeres buscaban en 1800. Los periodistas tienen que ser competentes y hacer un artículo de moda aportando valor.

Es necesario, entonces, que un profesional tenga una formación especializada completa, desde la elaboración de noticias o la crónica de desfiles a la realización de cualquier otro material informativo relacionado con el fashion. Hay que describir historias con imágenes, pero también transmitirlas de una manera correcta y coherente realizando textos periodísticos y material visual de calidad, luchando en contra de las fakenews.

Hoy sigue habiendo revistas tradicionales mensuales como Glamour o Vogue. Igualmente, todos los periódicos especializados en este tema, como en otros, pasaron sus redacciones a la digital para alcanzar un público más amplio y para mantenerse a la vanguardia.

Bibliografía

Índice términos extranjeros

Fashion: la definición del diccionario de Cambridge afirma que es un estilo popular en una época en particular, refiere especialmente a lo relacionado con la ropa, el peinado, maquillaje, etc.

Outfits: según el diccionario de Cambridge con esta palabra se entiende un conjunto de ropa que se tiene puesta en una ocasión particular o para una determinada actividad.

Prêt-à porter: Wikipedia define ese término como una expresión francesa que significa textualmente “listo para llevar”. Se refiere a las prendas de moda producidas en serie. 

Metrosexualidad: según la RAE (Real Academia Española) dicho de un hombre, especialmente heterosexual que se preocupa en extremo de suapariencia y dedica mucho tiempo y dinero a sus cuidados físicos.

Fashion magazines: es la definición en ingles de periódicos de moda.


[1] Conocido como Luis el Grande o el Rey Sol, fue rey de Francia desde el 14 de mayo de 1643 hasta su muerte en 1715.

[2] Ensayo “La moda en los medios de comunicación”, Dialnet.

[3] Nació cuando empezó la producción en serie con el Prêt-à-porter.

[4] Fue un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y finalizó con el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte en 1799.

[5] Fue duque de Parma y Plasencia 1731 y 1735, rey de Nápoles y rey de Sicilia de 1734 a 1759 y de España desde 1759 hasta su muerte en 1788. (1716-1788)

[6] Fue rey de España desde el 14 de diciembre de 1788 hasta el 19 de marzo de 1808. Hijo y sucesor de Carlos III y de María Amalia de Sajonia.

[7] Escritor y religioso español de la Ilustración y el Neoclasicismo. (1762-1828)

[8] Fue el barón de la Bruère.

[9] El Correo de las Damas tuvo una duración de tres años (1833-1835). Empezó a editarse el 3 de julio440 de 1833, y cesó el 31 de diciembre de 1885, por don Ángel Lavagna, con una periodicidad semanal (sale a la venta todos los miércoles) durante el primer año de vida.

[10] Fue rey de España entre marzo y mayo de 1808 y, tras la expulsión del «rey intruso» José I Bonaparte y su vuelta al país, nuevamente desde mayo de 1814 hasta su muerte, exceptuando el breve intervalo en 1823 en que fue destituido por el Consejo de Regencia.

[11] Se conoce como Trienio Liberal o Trienio Constitucional al periodo decimonónico de la historia contemporánea de España que transcurre entre 1820 y 1823.

[12] Impresor y editor madrileño, de talante liberal moderado. En 1820 fundió El censor, el periódico de mayor prestigio del trienio, en el que escribirán Lista, Hermosilla y otras celebridades de la época.

[13] Ensayo “La moda en los medios de comunicación”, Dialnet.

[14] Subtitulo “Correo de las señoras. Periódico ameno e instructivo entretenimiento con exclusión de materias políticas”.

[15] Fue reina de España entre 1833 y 1868.

[16] Ingeniero, médico y escritor gaditano.

[17] Descripción de La Moda en el sitio web: http://hemerotecadigital.bne.es/details.vm?q=id:0004782809&lang=en

[18] La leyenda en la cabecera era: “Contiene los dibujos más notables de las modas de París, modelos de trabajos a la aguja, crochet, de tapicería en colores, etc., etc.”, que pronto cambia a: “Contiene los últimos figurines iluminados de las modas de París, grandes patrones tamaño natural…” Posteriormente la revista cambiará su subtítulo a: “Periódico de señoras y señoritas”, y añade la leyenda: “Novelas, crónicas, bellas artes, música, etc., etc.”

[19] Es una periodista británica con ciudadanía estadounidense. Desde 1988 es directora de Vogue, la revista de moda de máxima relevancia en el mundo.

[20] Actualmente está vinculada a la web de El Confidencial.

[21] Moreno dirigió GQ (también de Condé Nast, como Vogue) desde octubre de 2010 y en 2018 se ha hecho cargo de GQ por Daniel Borrás, antiguo redactor de moda de Vogue y anteriormente de Telva.

[22] Esposa del famoso periodista romano Giuseppe Lattanzi, el cual colabora activamente en la redacción del periódico.

[23] Fue una «república hermana», un estado satélite de la Primera República Francesa situado en el norte de Italia. Existió entre 1796 y 1797.

[24] Fue el proceso histórico que a lo largo del siglo XIX llevó a la unión de los diversos estados en los que la península itálica estaba dividida, en su mayor parte vinculados a dinastías consideradas «no italianas» como los Habsburgo o los Borbones.

<p value="<amp-fit-text layout="fixed-height" min-font-size="6" max-font-size="72" height="80"><strong>Sabina Marchetti, Universidad de Málaga, Grado en Periodismo</strong>Sabina Marchetti, Universidad de Málaga, Grado en Periodismo

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